Así fue la Oktoberfest Vallekana

Oktoberfest Vallekana


Éxito en la tercera edición de la Oktoberfest Vallekana. Ya desde primera hora de la mañana del pasado 6 de octubre, cuando en la Avenida de la Albufera estaban siendo descargados desde un camión los típicos bancos y mesas Oktober traídos directamente desde Múnich, se veía que el día iba a ser especial en la calle Concordia, decorada para la ocasión con banderas, carteles y demás parafernalia bávara. El tiempo acompañaba en el que parecía ser el último fin de semana antes del otoño propiamente dicho (climatológicamente hablando) y ya desde mediodía la calle estaba repleta de gente para que un grupo de personalidades ligadas al barrio de Vallecas diesen el pistoletazo de salida a esta fiesta que ya se está haciendo habitual en este barrio.


El acto de apertura fue presentado por Antonio Luquero, director de la revista digital VallecasWeb, quien dio paso a Francisco Pérez, concejal de Puente y Villa de Vallecas, que pronunció un breve discurso. 
Roberto Trashorras antiguo capitán del Rayo Vallecano, puso su granito de arena sirviendo la primera jarra de litro del festival desde un barril de madera de HB, tal y como se hace en tierras muniquesas.

 Antonio Luquero, director de VallecasWeb y Francisco Pérez, concejal de Puente y Villa de Vallecas.

Roberto Trashorras sirviendo el primer litro de cerveza de la fiesta.
   

Posteriormente, hicieron lo propio las otras personalidades que quisieron colaborar con el barrio en la apertura de su festival cervecero: la delantera internacional del Rayo Vallecano femenino Natalia Pablos, Íñigo Errejón, el actor Víctor Sevilla (conocido por su interpretación en la serie Amar es para siempre, de Antena 3), y Francisco Javier Navío “Pako”, batería fundador del grupo Ska-P.

De izquierda a derecha: Francisco Javier Navío “Pako”, Natalia Pablos, Roberto Trashorras, Íñigo Errejón y Víctor Sevilla. Detrás el organizador del evento y propietario de El Boliche, Ricardo.

Una vez dado el pistoletazo de salida, los verdaderos protagonistas fueron el ambiente festivo y la buena cerveza. La actividad en la calle Concordia no paró ni a la hora de la siesta, con una charanga que vino a amenizar el evento, algunos afortunados que pudieron sentarse en los bancos de estilo alemán degustando comida típica alemana y casi todos los asistentes llevando sombreros típicos alemanes gentileza de Spaten, cerveza que ha estado pinchada de manera permanente en este local desde 1990, año de su apertura.


En dos barras, una dentro de la cervecería El Boliche y en otra a pie de calle, se pincharon barriles de Weihenstephaner (en su variantes de trigo y Festbier), Löwenbräu, Spaten, Paulaner, HB, Augustiner y Hacker Pschorr, siendo esta última la preferida por los asistentes, ya que fue la primera en acabarse, lo cual pude sufrir en mis propias carnes, cuando quise (y no pude) cerrar el festival con una jarra de esta buena cerveza tostada, clásica en Alemania, pero no tan común de encontrar en España y menos en grifo. 



La fiesta continuó hasta la medianoche, cuando apareció la Policía Municipal para volver a abrir la calle al tráfico. Cuando de forma ordenada nos íbamos marchando, caí en la cuenta de que pese a toda la cerveza que se sirvió ese día, no hubo ningún altercado ni ningún problema que hubiese obligado a intervenir a cualquier fuerza de seguridad. Tampoco pude evitar acordarme de algún medio autonómico que parece solamente hacer acto de presencia en Vallecas para resaltar cualquier aspecto negativo que tenga lugar o que parezca que lo haya tenido. Ni vinieron, ni se les esperó, pero lo importante es que gracias a la organización, los colaboradores y los asistentes, Vallecas demostró una vez más, ser un ejemplo de barrio.

Lo bien hecho, bien parece. También en Vallecas. 

Juanlu