No
es la primera vez que Craft Beer Fans está al tanto de las cervezas
procedentes de tierras cántabras, ya que en anteriores ocasiones
hemos estado atentos a las evoluciones de referencias como Dougall’s
(Liérganes), o La
Grúa
(Pontejos), pero ahora le toca el turno a La Cierva, cervecera basada
en el pueblo de Ampuero, situado en el bucólico Valle
del Asón.
En
esta ocasión, conocimos esta cerveza de una manera casi fortuita, ya
que en uno de esos
bares cerveceros que suelo frecuentar,
un ampuerense de pro, además de hacerme saber de que en su pequeño
pueblo se hacía cerveza artesana, se ofreció a traerme
personalmente algunas de esas botellas para que las pudiese probar.
En época de smartphones y redes sociales, es agradable ver que el
boca a boca sigue existiendo, y percibir que los mejores embajadores
de un pueblo, por pequeño que este sea, son sus propios habitantes.
El
nombre de La Cierva procede de la cueva
de Covalanas,
conocida popularmente como la Cueva
de las Ciervas Rojas,
debido a las pinturas rupestres con forma de ciervas situadas en las
paredes de dicha gruta, las cuales también aparecen en las etiquetas
de esta cerveza. Como curiosidad adicional, conviene mencionar que
Covalanas fue la segunda cueva con arte paleolítico descubierta en
Cantabria, por detrás de las archiconocidas Cuevas de Altamira.
Pero
ahora pasemos a hablar de las cervezas en cuestión. Las que pudimos
probar fueron La
25, American Blond Ale, Coriandre Saison y Juniper Abbey.
La
25:
Llamada así porque tiene 25 cl. de capacidad, tamaño botellín. Al
principio el formato nos hizo pensar que se iba a tratar de una
cerveza más plana, pero nos encontramos una blonde ale de libro,
refrescante, en la que se nota el tono a lúpulo herbal, con un punto
ácido al principio, un poco dulzona al final. Ligero toque a malta y
tono dorado. ABV: 5’5%.
American
Blond Ale:
Esta ya en formato de 33 cl., con más cuerpo, más acorde al estilo
americano, se nota muy poco el sabor a lúpulo y es escasa en aroma.
Leve retrogusto a fruta blanca al final. También dorada en color,
pero con un tono más apagado que La
25. ABV:
5%. 25 IBU.
Coriandre
Saison:
Cerveza con mucho cuerpo, y tono anaranjado ligeramente turbio, donde
el cilantro es uno de los ingredientes principales. Nos pareció más
una Pale Ale con toque ácido y herbal que una Saison al uso. Un
regusto muy tímido a este estilo, también a frutas blancas y el
mirar la etiqueta, es lo que nos recuerda que estamos ante una
Saison, que podría ser ideal para aquellos a quienes no les apasione
este estilo, ya que a nuestro modo de ver, no encontramos en esta
referencia los principales rasgos de este estilo. ABV: 6%. 22 IBU.
Juniper
Abbey:
Elaborada con 4 maltas, tres lúpulos y bayas de enebro. El aroma a
frutos rojos y su color oscuro nos hacían creer que íbamos a probar
una cerveza de estilo Abadía al uso. Sin embargo, al primer trago,
el sabor torrefacto a café, nos hizo pensar que el sabor era más
propio de una Porter que de una cerveza de abadía. Los 7 grados no
se notan mucho. Como aspecto positivo, podemos decir que al igual que
con la Saison, si no se es muy aficionado al estilo Abadía, esta
cerveza puede entrar mejor, ya que no es muy alcohólica y el sabor
es más suave. ABV: 7%. 20 IBU.
Una
vez más, Craft Beer Fans está atento a las microcervecerías
nacionales, en un panorama cada vez más extenso, y en el que no
dejamos de encontrar sorpresas, como en este caso, La
Cierva.